Una vez que hayas llegado a la ciudad de Julieta y de los enamorados tan querida por Shakespeare, tras aparcar el coche, lo primero que debes visitar es la Arena, un anfiteatro romano más pequeño pero mejor conservado que el Coliseo de Roma. Su papel como contenedor de eventos ha permanecido intacto a lo largo de los siglos: cada año se celebran en el corazón de Verona numerosos conciertos de música pop, clásica y de autor, representaciones teatrales y eventos culturales, con un papel destacado de la temporada de ópera de verano.
Merece la pena recorrer sin prisas las hermosas plazas, calles y palacios del centro histórico de Verona.